Descripción
Las calles, los cabarets y los cafés del barrio de Montmartre fueron escenario de una explosión creativa, marcada por la bohemia y la vanguardia de la mano de jóvenes artistas e intelectuales que desafiaron a lo establecido.
Henri de Toulouse-Lautrec (Albi, 1864 – Château Malromé, 1901) y otros artistas como Vincent van Gogh, Jean-Louis Forain, T. A. Steinlen, Pierre Bonnard o Édouard Vuillard contribuyeron a este florecimiento de un movimiento rompedor al margen de la burguesía.
A partir de 345 obras procedentes de colecciones de todo el mundo, la exposición ilustra la riqueza del fecundo intercambio que se produjo entre más de una veintena de artistas de mentalidad similar a lo largo de la breve vida de Lautrec y poco después.
También muestra el importantísimo papel que tuvieron en la trayectoria de Toulouse-Lautrec y de sus coetáneos las producciones artísticas efímeras -grabados, carteles, ilustraciones de libros y prensa o diseños de partituras-, que ofrecieron a los artistas un medio para ampliar su público y ganarse la vida fuera del restrictivo sistema académico.
Montmartre un barrio transformador
En 1880, Montmartre era una zona marginal y peligrosa apartada de París que empezó a atraer a numerosos jóvenes creadores. Los artistas Henri de Toulouse-Lautrec, Paul Signac, Pierre Bonnard y Henri-Gabriel Ibels, los intérpretes Aristide Bruant e Yvette Guilbert, los escritores Émile Goudeau, Alphonse Allais y Alfred Jarry, y los músicos Erik Satie, Vincent Hyspa y Gustave Charpentier se mudaron allí.
Todos ellos querían vivir gastando poco, trabajar en el París bohemio y evitar el centro burgués de la capital francesa. Montmartre fue el denominador común geográfico de muchos artistas, que contribuyeron activamente a definir la estética vanguardista de la época.
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