Descripción
La obra disecciona, a través del humor, el dilema entre tu verdad, mi verdad, y la verdad, y es el espectador el que finalmente elige su propia aventura. Continuidad de los parques bebe del espíritu de los relatos de Roald Dahl y de Saki. Su afán común es el de sorprender, con ingenio y sentido del humor; componer situaciones donde el desenlace imprevisto de sentido a la extrañeza inicial. Los personajes adquieren su verdadera dimensión, su comportamiento “coherente”, una vez sobrepasan el umbral de lo incomprendido. Y precisamente como consecuencia de ese conocimiento equívoco y parcial, el espectador puede disfrutar del desconcierto y el regocijo.
Continuidad de los parques nos da una visión distorsionada de la realidad a través de la mirada de algunos de sus personajes. En casi todas estas piezas existe una clara dualidad entre locura y racionalidad, una confrontación entre el inconfundible mundo exterior observado por un personaje y la visión modificada, desde el interior, por parte de otro personaje. Y en ese, digamos, conflicto, el individuo racional y pasivo acaba entrando en el juego del antagonista, ya que es contagiado o conducido hacia el desequilibrio, el paroxismo o el placer que le procura esa nueva visión de la realidad.
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